Historia Unionista
Nadie podrá borrar de la historia a tantos líderes que, entre sueños y trabajo cotidiano, han dado su vida por nuestro país. La historia de nuestro partido tiene mucho de ellos, de líderes como Manuel Cobos Batres a principios del siglo XX, o de Álvaro Arzú, reconocido como uno de los más destacados políticos latinoamericanos de la historia reciente.
Para encontrar las raíces del Partido Unionista no basta con remontarse al movimiento que llevó en el 2004 a nuestro actual Secretario General, Álvaro Arzú, de nuevo a la alcaldía de la Ciudad de Guatemala. Hace falta volver al primer cuarto del siglo XX y un movimiento cívico que se ganó el apoyo de amplios sectores de la sociedad y aglutinó la voluntad de un país en torno a un mismo objetivo. A muchos guatemaltecos hoy les llenaría de orgullo conocer la rica historia y profundas huellas que el Unionismo ha dejado en Guatemala.
- Los primeros pasos
En 1917 se escuchaban ya noticias sobre el inicio del movimiento que dio vida al Partido Unionista. Para esas fechas el presidente Manuel Estrada Cabrera se había prolongado por espacio de 19 años en el poder gracias a reelecciones fraudulentas y a un sistema opresivo que controlaba casi todos los detalles de las vidas de los ciudadanos guatemaltecos.
Los abusos de poder, las arbitrariedades, corrupción y malos manejos del gobierno de Estrada, generaron mucho malestar en la población. En octubre de ese año, comenzaron a alzarse algunas voces en contra de los abusos.
En mayo de 1919 se logró una de las primeras y más importantes conquistas como lo describe Manuel Cobos Batres. El Obispo José Piñol y Batres, gracias a una serie de sermones dados desde el púlpito de la iglesia de San Francisco en la ciudad capital, dirigió duras críticas al gobierno y logró encender los ánimos del pueblo e iniciar la campaña libertadora al sacar a diversos grupos sociales de su apatía.
Este sacerdote, que había ya había sido expulsado en 1906 del país por su oposición al régimen de Estrada, retornó a Guatemala luego de permanecer en Europa cerca de 10 años.
Los sermones y las conferencias de San Francisco sobre la difícil situación del país y la impostergable responsabilidad de luchar por todos los medios legales de encontrar una solución, significaron la cárcel para el Obispo Piñol y Batres, Manuel Cobos y su hermano.
- Un pueblo, una voz
Estos acontecimientos motivaron aún más la adopción de la idea de Tácito Molina la creación del Partido Unionista. Entre sus líderes fundadores podemos encontrar además de Manuel Cobos Batres y Tácito Molina a José Azmitia, Eduardo Camacho y Emilio Escamilla, primeros dirigentes del partido. También se les dio una importante participación a los estudiantes universitarios.
No podemos olvidar la intensa colaboración de grupos obreros bajo el liderazgo de Silverio Ortiz. Estos obreros, que antes habían apoyado al dictador, se tornaron en su contra luego de los abusos cometidos por el gobierno durante la reconstrucción de la devastación causada por los terremotos de 1917-18. A finales de 1919 su agrupación, la Liga Obrera, se unió al grupo liderado por Cobos.
El 25 de diciembre de 1919 se redactó el acta de fundación del Partido Unionista. El documento, conocido como el Acta de los Tres Dobleces, fue firmado por 51 ciudadanos de diferentes procedencias. Sin embargo su circulación por la ciudad capital no se dio sino hasta el 1 de enero de 1920, cuando muchos ciudadanos descubrieron una copia del Acta Unionista bajo su puerta. A partir de la publicación e increíble distribución de este documento, los días de la dictadura estaban contados.
- La importancia de comunicar
Las primeras acciones del grupo tuvieron que ver con la comunicación y la propaganda. Dado que la policía tenía registros de todos los tipos de imprenta existentes, el naciente Partido Unionista se vio obligado a importar furtivamente tipos de imprenta de El Salvador. La imprenta y centro de operaciones del partido quedaron asentados en la llamada “Casa del Pueblo” localizada en la 12 calle y 4 avenida de la zona 1. Desde aquí, se organizaron reuniones políticas que crecían con el paso de las semanas y en frontal desafía de los esfuerzos del gobierno por acabar con la rebeldía.
A finales de enero de 1920, la dictadura trató de endurecer su posición arrestando a algunos de los más connotados unionistas. Sin embargo el clamor popular crecía y a principios de febrero los primeros militares de alto rango entraron en contacto con el movimiento para expresar su simpatía con la causa.
Para marzo se contaba con una diversa gamas de participantes que incluían obreros, estudiantes, profesionales y agricultores, además de filiales en los departamentos y el tímido apoyo de algunos sectores del ejército.
El 11 de marzo se organizó una marcha multitudinaria del Partido Unionista, que fue dispersa por la fuerza. Luego de este sangriento episodio, el apoyo del interior hacia el partido creció.
Llenos de valor por su muestra de unidad y fortaleza, el partido unionista exigió al presidente la liberación de sus miembros encarcelados. El presidente, arrinconado por varios factores políticos, se vio obligado a ceder. A partir de estos eventos, incluso funcionarios públicos empezaron a afiliarse al Partido Unionista de manera abierta.
A finales de marzo el presidente se atrincheró en su fortaleza de La Palma, lugar donde hoy se encuentra el Gimnasio Teodoro Palacios Flores. Se rodeó de aguerridos soldados provenientes de Momostenango y se preparó para resistir. Mientras tanto los Unionistas continuaron su valerosa lucha en contra de cabreristas. Además, se afinaron los planes de levantamientos militares simultáneos en las cabeceras y cuarteles aliados a lo largo y ancho del país.
- El fin de la dictadura
El 8 de abril de 1920, en una sesión de Asamblea Legislativa, se declaró la “incapacidad mental” del presidente, por lo que se le releva de su cargo. Estrada Cabrera respondió haciendo fuego de artillería sobre la ciudad de Guatemala. En su lugar fue nombrado Carlos Herrera como presidente interino.
El 12 de abril finalmente se entregó el fuerte de San José con todo su armamento. Estas municiones sirvieron para armar a los ciudadanos y militares que liderarían el asalto final al cuartel del removido dictador en La Palma. Este ataque inició el 14 de abril de 1920 y finalizó con la toma del último bastión de Estrada Cabrera y el fin de 22 años de dictadura. Ese período que transcurrió entre el 8 y el 15 de abril, se llamó “Semana Trágica”, como menciona Miguel Álvarez, historiador de la ciudad de Guatemala.
Los valientes actos de Piñol y Cobos dieron inicio al fin de la cruenta dictadura de Manuel Estrada Cabrera. Sin embargo, fue la poderosa organización y el gigantesco aglutinamiento que logró el Partido Unionista los que le dieron el golpe mortal al prolongado y nefasto gobierno del dictador.
- Primeros postulados del partido (1920)
Nosotros queremos:
- Una patria libre, soberana e independiente
- 2. El imperio de la ley que regule las relaciones de los hombres entre sí y los hombres con el Estado…
- 3. Que los funcionarios no sean dueños sino depositarios de la autoridad, sujetos a la ley, y nunca superiores a ella y siempre responsables por su conducta oficial.
- 4. Que la educación (primaria, laica y gratuita) sea efectiva y no una farsa vergonzosa.
- 5. Derecho de locomoción real y efectivo.
- 6. Libertad de industria y libertad de trabajo
- 7. Que todos los ciudadanos puedan disponer libremente de sus bienes.
- 8. Que los derechos de petición y defensa… sean una realidad para nacionales y extranjeros.
- 9. Libre acceso a todos los tribunales del país para que el hombre pueda ejercitar sus acciones y derechos.